FeTERA
Energéticas

Recuperar YPF, un paso hacia la vida digna

José Rigane es Secretario General de la Federación de Trabajadores de la Energía (FeTERA), Secretario Adjunto de la CTA Nacional e integrante del MORENO; es uno de los más destacados referentes de una larga lucha por la recuperación de YPF y de las fuentes energéticas, resistiendo las privatizaciones de la década del ’90. Por eso, que él reflexione sobre lo «positivo» de la expropiación de las acciones de Repsol, pero que insista en que es necesario más: la socialización de la empresa; que promueva no la indiferencia sino el compromiso del pueblo, no es una declaración más, sino la de una figura sobresaliente por conocimientos y por acción. Lo entrevistamos en la sede central de la Federación Judicial Argentina

-¿Cuál es tu reflexión en torno a las últimas medidas respecto a Repsol-YPF?
-Valoramos como positiva la decisión política del gobierno respecto de la expropiación de YPF en manos de Repsol, y lo entendemos como una primera iniciativa, un primer paso, hacia lo que hemos entendido siempre, desde antes de la privatización: la recuperación del patrimonio nacional en manos del pueblo argentino. Siempre nos opusimos al proceso de privatizaciones y extranjerización, como lo hicieron otras fuerzas sociales, sindicales y políticas, MORENO entre ellos, por ejemplo.-

– Y fueron muchos los años de lucha por nuestro petróleo, muchas manifestaciones y represiones que tuvimos que hacer frente…
-Sí, hay una historia de décadas. Necesitábamos dar vuelta esta política neoliberal que hasta ahora se había venido aplicando en ese ámbito y que inclusive este gobierno la ha sostenido y todos los gobiernos de la democracia. Si bien el menemato desregularizó y entregó el ámbito energético, después los demás gobiernos lo fueron profundizando. De La Rúa entregó Loma de la Lata con veinte años más de concesión, y Kirchner entregó a Pan American Energy la principal fuente de hidrocarburos del Golfo de San Jorge por veinte años más después que terminara la concesión. Pero ahora vivimos una vuelta de tuerca en un sentido distinto.

– Es decir, no encuadrás la expropiación dentro del esquema neoliberal…
-No lo encuadro, pero sí tomo en cuenta lo que dice la Presidenta, que ésta no es una estatización y que mantiene a YPF como una sociedad anónima. Y nosotros creemos que la empresa debe ser cien por cien pública, nacional, federal y que tiene que socializarse. No podemos repetir viejas experiencias que hicieron fracasar a las empresas del Estado con el propósito de que avanzara la privatización. Yo creo que en esta oportunidad necesitamos no sólo que participe el Estado Nacional, no el «Estado bobo» cómplice de las multinacionales, sino un Estado Nacional fuerte, con honda presencia, con poder de planificación y de inserción en la política energética, y donde también participen las organizaciones que representen los intereses de los usuarios, de los que defienden el medio ambiente y, sobre todo, los trabajadores. Esa socialización es la que nos va a dar garantías de que la empresa esté en función de los intereses del pueblo argentino. También es importante lo ocurrido si lo apreciamos desde los procesos de desarrollo políticos y sociales que suceden en la regional de América Latina. Porque los argentinos teníamos una asignatura pendiente: éramos los únicos que cuando íbamos a los encuentros regionales sobre temas energéticos, no defendíamos a una empresa nacional sino que estábamos atados por grupos multinacionales. No teníamos empresa nacional. Ahora tenemos la oportunidad de tener empresa nacional y cuando nos reunamos en la región, vayamos ahora como va Brasil, Uruguay, Bolivia, Venezuela, Ecuador, Nicaragua y Cuba, en defensa de sus propias empresas e intereses con lo cual se abre una mayor viabilidad a la integración energética en función de los intereses populares de la región. Esto no es una cuestión menor, es importante. Los que venimos bregando por esto, me parece que ahora tenemos un mayor compromiso para que se profundice. Porque no me cabe la menor duda de que los que pretenden mantener las políticas inalterables van a presionar y tratar de condicionar al gobierno para que esto no pase de ser una sociedad anónima -como sucedió con ENARSA- y que termine fracasando. Lo que disputamos los argentinos es, nada más y nada menos, la riqueza en el campo de la energía. Disputamos qué tipo de energía necesitamos -porque no es un comodity y no es una mercancía, sino un bien social-, y es la soberanía.

– ¿Creés que la dinámica política y económica que vive el planeta, con la voracidad sin límites de las multinacionales, con un capitalismo en crisis que necesita esquilmar más y más a los pueblos, obligará al gobierno a tomar nuevas medidas contra el capital concentrado en otros ámbitos energéticos, como un mecanismo de defensa?
-Yo creo que en Argentina se tienen que tomar esas medidas de defensa porque tiene su modelo basado en la privatización. No nos va a alcanzar con avanzar sólo con YPF, acá tenemos Pan American Energy, Petrobrás, la British Petroleum, Chevron, Total, es decir grupos multinacionales sobre los cuales el gobierno va a tener que avanzar si quiere verdaderamente tener un modelo energético que responda a una política de Estado de recuperación del  patrimonio de los argentinos. En el mundo no ha existido un proceso de privatizaciones como en Argentina: aquí las empresas multinacionales se apropiaron del trasporte, la comunicación, la energía, etc., pero en la mayoría del mundo, las empresas que manejan esas áreas son estatales. Quiero además, hacer otra consideración: tenemos que reconocer en el Gobierno que su decisión sobre YPF se ha tomado porque hay crisis energética, y porque están reconociendo que la privatización ha sido un fracaso. Y en buena hora que lo reconozca. Lo importante es valorar en su correcta dimensión lo que se hace, no nos olvidamos que varios integrantes de este Gobierno o el mismo Kirchner formaron parte de la privatización. Pero no se trata de eso, no se trata de que perdonemos o no perdonemos, se trata de hacer política, y en política decimos que estamos ante una medida importante y significativa. Más importante y más significativa será si el pueblo se compromete y entiende que la energía es de todos, no sólo «de los que saben». Y si logramos que la energía se convierta en un bien social, en un derecho humano, garantizaremos a los argentinos el acceso a la energía, porque energía significa vida digna.

Por Arturo M. Lozza. Redacción de Pregón Judicial
PREGON JUDICIAL Nº 76 / MAYO 2012
Federación Judicial Argentina (FJA)


 

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