FeTERA
Energéticas

Gabriel Martínez fue expositor en el hotel Bauen

Campaña en Defensa de Nuestros Bienes Comunes:

El jueves 18 de julio, desde las 19 horas, se presentó en el Hotel Bauen, de la ciudad de Buenos Aires, la película: “Hidrofractura: El agua, el aire, la tierra… la muerte” es la primera película argentina sobre la explotación hidrocarburífera no convencional. 

La exhibición,organizada por el Observatorio Petrolero Sur, contó con la presencia del director de la misma, Matías Estevez y el panel de expositores se completó con el Secretario de Organización de nuestra Federación, Gabriel Martínez.

 

 

Ante un salón colmado de jóvenes, Matías inició su intervención resaltando el homenaje a Cristina Lincopán, protagonista de la película y Logko de Gelay Ko, comunidad en la que se realizó el primer pozo bajo la técnica de hidrofractura en Latinoamérica, quien falleció antes de poder ver el video, víctima de la contaminación provocada por la petrolera Apache en la zona de Zapala donde vivía.

A continuación hizo referencia al reclamo que hace la Comunidad Gelay Ko, que pidió a la petrolera Apache y al gobierno provincial, informen dónde están los piletones del agua de reflujo (utilizada durante el fracking), porque no los pueden ubicar. Ante el silencio tanto de la empresa como del gobierno, continuó Matías, los miembros de esta comunidad Mapuche, imaginan que el agua, más de 15 millones de litros, fue retirada por los numerosos camiones-tanque que abastecen la explotación petrolera y regada con su contenido de hidrocarburos, químicos y materiales pesados, a lo largo de los caminos neuquinos.

Otro tema que compartió el director de «Hidrofractura:…»con los numerosos concurrentes fue el relacionado con la reiteración por parte del gobierno neuquino y por parte de las petroleras, de que ellos no discuten con ambientalistas, solo lo hacen con técnicos o ingenieros; tampoco quieren discutir con los Mapuches o con el director del documental o con un trabajador.

Y cuando uno pregunta dónde se forman esos técnicos, o ingenieros, o especialistas, la respuesta es que los forman las mismas empresas, a través de la infraestructura del Estado, apropiándose mediante aportes económicos de la formación de estudiantes en escuelas y facultades. Incluso en Zapala, donde funciona una facultad de ingeniería en petroleo, hubo varios intentos de eliminar las materias que tienen que ver con lo ambiental.

Estamos realmente en medio de una estrategia macabra, de donde es muy difícil salir. Este tipo de encuentros da una cierta esperanza, aunque es necesario llegar más lejos que la simple toma de información, hay que organizarse para frenar esto, hay que organizarse para buscar un referéndum y jugarnos en eso. Sabemos que puede ser una estrategia que puede salir mal, pero si nosotros seguimos solo difundiendo y no tomamos acciones concretas, ellos siguen avanzando y firman nuevos acuerdos para explotación de pozos no convencionales. Cuando empecé el documental había 3 ó 4 pozos y cuando terminé ya eran cerca de 50, en menos de un año.

Con respecto a la continuidad del trabajo fílmico, Matías explicó que la obra que está realizando consta de tres películas. La segunda la presentó hace menos de un mes en Loncopué, y trata sobre la mega minería. Cuenta lo que pasó y está pasando con la minera Vale, la actividad de mega minería en el país y lo sucedido en Loncopué, hace un año atrás, cuando los vecinos aprobaron por medio del voto popular vinculante, una ordenanza que prohíbe la minería a cielo abierto en todo el ejido municipal de Loncopué. A 10 años de Esquel, es el segundo Pueblo que logra estol. 

El tercer documental, que cierra el ciclo, es sobre la criminalización de la protesta social, porque si bien Neuquén tiene solo el 10% de la población del país, tiene el 25% de las causas penales originadas en la protesta social. La idea es plantearse por qué, sucede esto.

La respuesta parece ser que a la abundancia de petróleo y frente al avance de la minería, hay un Pueblo que resiste al capitalismo salvaje y al extractivismo.

Terminó su intervención expresando su confianza en que es posible frenar estas situaciones, en unidad, como pide el Pueblo Mapuche.

Gabriel Martínez, por su parte, opinó que la película muestra claramente los perjuicios que ocasiona la actividad petrolera, cuando está en manos privadas y la única preocupación empresaria es la relacionada con su tasa de ganancia. Continuando su línea argumental enfatizó que las situaciones de contaminación, intoxicación y muerte temprana de animales y personas, suceden en forma reiterada cuando la comunidad no puede poner límites a los abusos, a través de la capacidad del Estado o de la Organización Popular. 

Los trabajadores hoy tenemos una gran comprensión de la realidad, a partir de la existencia de un volumen de información nunca antes disponible en la historia y de una diversidad de medios de comunicación que nos permiten, además de comprender mejor lo que sucede, también organizarnos mejor, para intentar la construcción de nuestro propio poder.

Por este motivo es que muchos trabajadores ya no concebimos que el límite de la lucha del colectivo sindicalizado, sea el salario, el convenio colectivo o las condiciones laborales y desarrollamos una conciencia de compromiso, que nos permite razonar que nuestros propios intereses profesionales deben estar en armonía con los del resto de la comunidad y por más que la FeTERA esté también integrada por trabajadores petroleros, nosotros nos oponemos a la actividad contaminante y a la utilización de tecnologías peligrosas o muy sospechadas como la del fracking. 

También observó que el reclamo de soberanía, por parte de los trabajadores y sus organizaciones sindicales, para la relación con el medio ambiente o para la decisión sobre la explotación de bienes naturales, ya no constituye un reclamo aislado e inclusive forma parte de una incipiente campaña nacional impulsada justamente, por la CTA.

Luego de relatar los motivos que llevaron a fundar la FeTERA, Gabriel, razonó que el reclamo de recuperación de los recursos energéticos parecía insuficiente frente a la experiencia de la expropiación del 51% de las acciones de YPF, que termina en un convenio de asociación con Chevrón, una empresa condenada en Ecuador por su responsabilidad en la contaminación de 430.000 has. de selva Amazónica.

Finalmente reclamó un mayor compromiso de participación para enfrentar el poder de estas empresas multinacionales y su cultura de saqueo y corrupción y también para construir una sociedad más humana y solidaria.