Producto de momentos de crisis y desconcierto del conjunto de la sociedad por el aumento de la desigualdad y la consolidación de un modelo capitalista neoliberal que profundiza la injusticia social, las y los negacionistas se proponen realizar un acto en la legislatura en “homenaje” a la última dictadura.
Reivindicar la dictadura, como se pretende, es negar el genocidio planificado para instalar el neoliberalismo en Argentina y para interrumpir un proceso popular que demandaba transformaciones sociales. La consigna central que unía a todos y todas era Liberación o Dependencia. Esa era la contradicción de esos tiempos y esa sigue siendo el centro de la confrontación actual.
En esos momentos la ofensiva era del pueblo contra los grandes grupos económicos y latifundistas que la dictadura interrumpió. Fue necesario un genocidio donde se utilizaron métodos aberrantes y atroces, se secuestró, torturó, desaparecieron personas y se apoderaron de bebés que todavía se buscan para detener esa ofensiva popular. El genocidio fue especialmente dirigido contra la clase trabajadora, el 66 % de los desaparecidos eran delegados de base y militantes sindicales y contra las y los jóvenes. Cada 16 de septiembre se recuerda la Noche de los Lápices y a los 6 estudiantes de un colegio secundario de La Plata, asesinados y torturados por pedir un boleto escolar y otros cuatro sobrevivientes salvajemente torturados.
Hoy, está claro, la ofensiva es del capital sobre el trabajo y los sectores populares sufrimos una derrota que ya dura más de cuatro décadas. Ese modelo instalado a sangre y fuego por la dictadura genocida sigue vigente. Todos los gobiernos que se sucedieron le dieron continuidad y tienen una absoluta responsabilidad por el aumento de la injusticia social. Los resultados están a la vista.
A las victimas de la dictadura le sucedieron otras víctimas. Son los millones de empobrecidos, desocupados, indigentes y con más de la mitad de los trabajadores y trabajadoras con empleo perciben salarios por debajo de la línea de la pobreza. Por supuesto, hay ganadores, los grupos concentrados y extranjerizados dominantes en la economía.
Los gobiernos de derecha, centro derecha o progresistas han logrado poner a Argentina de rodilla. La política económica es dictada por el Fondo Monetario Internacional. Cada tres meses nos fiscalizan, controlan si cumplimos las metas que nos imponen y condiciona al gobierno con nuevas medidas exigiendo más ajuste, más devaluación y mas inflación.
En la lucha de clases de este tiempo, esa consigna histórica y vigente que define el futuro del pueblo Argentino de liberación o Dependencia, está siendo ganada por las fuerzas que imponen la dependencia.
La pérdida de Soberanía es cada vez mas aguda y en este escenario de hartazgo y de necesidades básicas de la población, equivocadamente, puede poner a una fuerza de ultraderecha que promete garrote y cárcel para quienes resisten y tiene chances de llegar a ser vicepresidenta de nuestro país una negacionista que justifica los métodos mas aberrantes y mas crueles del genocidio de la última dictadura.
Ya casi para la mitad de los argentinos lo mas urgente es comer este día, conseguir alguna changa o llegar a fin de mes. Enancados en este estado de necesidad crece la ultraderecha, complacida de que los sectores de izquierda y del campo popular no encuentran la manera de reagruparse y construir un proyecto, un programa y una fuerza capaz de llevar bienestar y un futuro digno y justo para el conjunto de la sociedad.
REPUDIAMOS EL ACTO PRO DICTADURA
JUSTICIA PARA LOS DESAPARECIDOS, TORTURADOS Y PERSEGUIDOS
FUE UN GENOCIDIO. FUE TERRORISMO DE ESTADO.
NUNCA MÁS
Julio Acosta
Secretario General
