El CORDOBAZO constituye una de las fechas más importante de la historia del pueblo argentino. Un verdadero símbolo.
Ese 29 de mayo de 1969 se dieron cita en las calles de la ciudad mediterránea miles de obreros y estudiantes, además de integrantes de otros sectores populares, para manifestarse contra las políticas de hambre y represión que llevaba adelante la dictadura encabezada por el general Juan Carlos Onganía desde hacía prácticamente tres años.
Córdoba se convirtió virtualmente en un campo de batalla donde por muchas horas las fuerzas represivas se vieron sobrepasadas por los manifestantes.
Este suceso, que continuaría el día siguiente, no constituía un hecho aislado. Ese mes de mayo había comenzado con movilizaciones importantes en otros puntos del país. En Corrientes, Tucumán y Rosario, sobre todo en esta última, se desarrollaron acciones de protestas masivas. Durante las mismas se pudo comprobar la actitud criminal de las fuerzas represoras. Tan es así que Juan José Cabral en Corrientes y Adolfo Bello y Luis Blanco en Rosario, (estudiantes los dos primeros y obrero el restante) perdieron sus vidas a causa de las balas policiales.
Sectores sindicales combativos y otros que no lo eran tanto confluyeron en acciones comunes convencidos de la necesidad de unificar fuerzas para enfrentar al ajuste que intentaba imponer el “onganiato”.
En esas circunstancias surgió claramente la figura del compañero Agustín Tosco quien junto a muchxs otrxs dirigentes y militantes sindicales de todo el país organizaron y condujeron a vastos sectores de la clase trabajadora para enfrentar las políticas dictatoriales. Algunxs de ellxs pagaron caro su compromiso siendo víctimas de persecución, cárcel y atentados contra su vida tiempo después.
Hoy, transcurridos cincuenta y un años desde aquellas históricas jornadas, su conmemoración debiere servir para ratificar nuestro compromiso individual y colectivo con la lucha de nuestra clase y en particular por la defensa de los derechos de lxs trabajadorxs.
Esto debemos tenerlo muy en claro en momentos donde las patronales pretenden aprovechar la pandemia para avanzar sobre esos derechos y obturar cualquier posibilidad de que avancemos con los que aún faltan conquistar.
Vemos con mucha preocupación cómo se despide impunemente aún al margen de las disposiciones legales; cómo se suspende masivamente y se disminuyen salarios a pesar de la ayuda estatal otorgada, incluso, a algunas empresas en forma incomprensible no sólo porque no demuestran sus dificultades económicas sino también porque resultan ser acreedores de la deuda externa estatal argentina; cómo se suspenden unilateralmente paritarias de lxs trabajadorxs estatales, y cómo se incumple con acuerdos salariales paritarios con la excusa de la pandemia; cómo se avanza en la precarización laboral e incluso con la flexibilización bajo la excusa del avance tecnológico; cómo se criminaliza la actividad sindical cuando los sindicatos intentan legítimamente controlar el cumplimiento por parte de la patronal de sus obligaciones en materia de salud (aislamiento preventivo y social obligatorio), cómo se dejan de pagar salarios en tiempo y forma a lxs trabajadorxs activxs y jubiladxs de algunas provincias mientras se cumple puntualmente con el pago de deuda al sector financiero internacional; cómo se sigue ajustando a lxs jubiladxs mientras se siguen demorando la aprobación de tributos sobre las grandes fortunas; cómo se reforman regresivamente sistemas jubilatorios provinciales; cómo aún no se ha dispuesto la suspensión del pago de la deuda externa e iniciar inmediatamente la exhaustiva investigación sobre su composición; cómo nos sigue interpelando el hambre y la miseria de tantxs mujeres, hombres y niñxs.
Vivimos en lo que se denomina habitualmente una democracia, que resulta imperfecta, incompleta y degradada por muchos malos actores principales.
Nuestra obligación, como clase trabajadora, es darle sentido a la acción política teniendo como objetivo principal lograr que esta democracia se supere, que se proponga objetivos nobles donde el centro de la acción política sea el ser humano y no la rentabilidad capitalista.
Por lo tanto en este 29 de mayo reiteramos nuestro homenaje a lxs compañerxs trabajadorxs que dieron lo mejor de sí, incluso su vida, por el pueblo y la clase trabajadora sobre la base de una concepción anticapitalista, antiimperialista, clasista, anti patriarcal y anti machista.
Argentina, 29 de mayo de 2020.-
¡¡¡VIVA LA CLASE TRABAJADORA!!!
¡¡¡VIVA EL 29 DE MAYO!!!
FIRMAN las compañeras y los compañeros dirigentes sindicales y sociales de todo el país que se enumeran a continuación:
ACOSTA Julio, BLASCO Hugo Antonio, GANDOLFO Enrique, FARIAS Sebastián, TERES Gustavo, STRACHENKO Damián, DIAZ Guillermo, ALBARRACIN Karina, FUNES Susana, RONCONI José Luis, BELCASTRO Raúl, FACHAL Matías, ORDOÑEZ Carlos, MENDIBIL Víctor, DE MILIA Carlos, PIEDRA Cecilia, FERRARI Kike, HALPIN Matías, OROZ Carlos, del GRECO Leonardo, MACIEL Alejandro, IPARRAGUIRRE Néstor, NOGUERA Néstor, GUTIERREZ Manuel, PERUSINI Carlos, PERUSINI Marcos, CIRANO Marisol, FLEITAS Ana, ARTERIA Daniel, DOMINICO Ángel, RETAMAR Antonio, DI PASCUALE Teresita, FERNANDEZ María C., SOSA Alicia, ARCE Jorge, GOMEZ MEDERO Ramón, ROSSO Cristian, TONN Jorge, CISNEROS José, OVANDO Cristian, NOGUERA Diego, OLIVA Silvia, SCRIMAGLIO Tania, ECHEVERRIA Cristian, MORADAS Daniel, ZALABARDO Hugo, VUILLEMIN Luciana, ARRIAGADA Miguel, DE LUCA Teresa, BASUALDO Jorge, RODRIGUEZ Carla, JEIFETZ Néstor, WOLMAN Marcos, Elsa Pola MONTI . Siguen las firmas….