En el día de ayer falleció Norita Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo, luchadora incansable por los Derechos Humanos y de todas las causas justas. La despedimos con profundo dolor y tristeza, brindamos nuestro abrazo a familiares y amigos, compañeros/as de luchas en este momento difícil y expresamos nuestra profunda gratitud a esta gran mujer.
Tras la desaparición forzada de su hijo Gustavo por el terrorismo de Estado de la última dictadura cívico militar, su vida cambió para siempre. Dejó atrás los quehaceres diarios de ama de casa, para comenzar una búsqueda que no cesó jamás y continuó hasta hoy. Norita murió y no pudo saber qué hizo la dictadura con su hijo Gustavo.
En este camino transformó su dolor en una fuerza inquebrantable, que la puso de pie junto a quienes sufren, víctimas de la violencia estatal o de todas sus formas. “Esa ausencia, ese dolor que siento todos los días, es el motor de mi compromiso. Por eso estoy en cualquier lado acompañando las luchas contra todas las opresiones; porque, sencillamente, quiero cambiar este mundo injusto”, decía, cuando le preguntaban de dónde sacaba fuerzas.
Norita La Madre de todas las luchas, se solidarizó y estuvo presente en cuanta batalla fuera necesario librar, ya sea en reclamo contra la violencia estatal y policial, contra la pobreza y la desigualdad, en las luchas ambientales por el agua pura, la violencia patriarcal, o el aborto seguro, legal y gratuito. Siempre nos marcó el camino, ante el desconcierto y la soledad decía “hay que unirse” y no dejó jamás de luchar.
Sin dudas hoy perdemos a una enrome mujer ejemplo de valor y generosidad humana. Nos enseñó tanto, ese es su legado. Continuaremos su lucha y la de otras madres y abuelas que ya no están, por un mundo más justo, que merezca ser vivido, manteniendo la memoria activa, por la verdad y justicia. Hasta la victoria siempre querida Norita. Te llevamos en la memoria y en nuestro corazón. Venceremos!!