La empresa Nucleoeléctrica Argentina persiste en sostener una actitud violatoria de los derechos adquiridos contra todo acto de discriminación, en este caso del trabajador Sebastián Fariña, quien fue objeto de persecución laboral y hostigamiento por su condición de VIH positivo. Con motivo de esta situación, el mismo radica las denuncias pertinentes y pide su restitución en el ámbito de trabajo.
Tras el pedido de re-apertura de los expedientes por las denuncias presentadas en 2017 y 2021, el Instituto Nacional Contra la Discriminación se pronunció de forma contundente al respecto.
Sin embargo la empresa no reconoce el dictamen favorable del INADI, y actúan ofreciéndole dinero para que deje su lugar de trabajo y se calle.
“El organismo encuadró la situación que subsiste en la empresa dentro de la Ley Nº 23592, que establece a los actos discriminatorios como delitos, basándose en el artículo 16 de la Constitución Nacional. Y, también, en la Nº 27675, de respuesta integral al VIH”.
Esta situación arrancó hace poco más de diez años en ocasión de que Sebastián Fariña, quien se desempeñaba en el área de Recursos Humanos le comentara al Jefe de Servicios Médicos, Carlos Gentile, su situación de VIH positivo. Este médico, violando el secreto profesional, lo comunica a la empresa y se divulga entre el personal de la misma.
A partir de ese momento comienza una clara situación de discriminación y hostigamiento laboral por parte de NASA, con el consiguiente daño psíquico y emocional para Sebastián Fariña que esto significa, “ocasionando relegamiento en concursos para ascensos, condicionantes en las rotaciones en sectores de trabajo. Y, por los diversos estados de salud atravesados, durante algunas de sus internaciones NASA realizó intimaciones y quita de meses de su salario. Todo con el fin de alentar la renuncia a su puesto laboral. Algo que propuso de manera directa en diciembre de 2022, sumando al acuerdo “que deje de hablar y dar entrevistas”.
“NASA se encuentra ahora requiriendo una revisión del dictamen del INADI, la idea de la empresa es que, al reincorporarse, lo haga en sede central junto a la persona que originó el conflicto: el ex Jefe de Personal de Atucha I, el Licenciado Fernando Telleria”.
“Quiero volver a trabajar, que me saquen del sector donde me pasaron sin cumplir las condiciones. Que respeten los certificados médicos de psiquiatras y de la Fundación Huésped que planteaban mis dificultades físicas para viajar a diario a CABA. No cumplieron con lo pactado de pagar el desarraigo. En 2016 incluso me hicieron viajar en estado de desnutrición”, relató Fariña. “En función de todo ello, te ves obligado a iniciar una demanda para que, en primer lugar, cesen el hostigamiento, y además indemnicen los daños causados durante tanto tiempo”, dijo.
A más de diez años de los sucedido Sebastián Fariña no encuentra la paz, ni el reconocimiento de sus derechos por parte de una empresa estatal, ni de un gobierno que dice defender las diversidades y los derechos humanos, muy por el contrario, ha brindado protección de manera sistemática a los responsables políticos de estos hechos. Esto se refleja en el accionar impune de NASA que se niega a reconocer el fallo contundente del INADI.
Fuente: https://www.luzyfuerzazarate.org.ar/atucha-discrimina-maltrata-y-extorsiona/