Del martes 14 al viernes 17 los trabajadores y trabajadoras de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP), ubicada en la provincia de Neuquén, llevan adelante una jornada de lucha con una carpa en la puerta del Congreso de la Nación en la Ciudad de Buenos Aires. Reclaman la reactivación de la planta luego de que fuera frenada en 2017 por el gobierno de Macri. Piden que vuelva a estar operativa para su vinculación con la Central Nuclear Proyecto Nacional CANDU. Lxs trabajadorxs están agrupados en ATE-CNEA, con presencia de compañeros/as que son también miembro de la FeTERA.
Ruben «Pigua» Méndez, coordinador del sector nuclear por la PIAP, dialogó con Prensa FeTERA y señaló que “necesitamos que se tome la decisión política para que vuelva a producir la planta de agua pesada. Nosotros estamos frenados desde mayo de 2017 por una decisión del gobierno de Macri, que luego de la parada inició un proceso de desguace y desmantelamiento de la PIAP. En tres años sufrimos retiros voluntarios, recibimos el salario en cuotas, no tuvimos ningún tipo de incremento salarial”.
También remarcó: “ahora necesitamos que se plasme en un contrato de producción de agua pesada lo que tanto están diciendo, sobre todo Andriana Serquis, la presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), que es la dueña de PIAP. También lo dice José Luis Antúnez, presidente de Nucleoeléctrica Argentina (NASA), el secretario de Energía, Darío Martínez, y hay otros ejemplos. Es decir, todos los actores que tienen incidencia están afirmando la necesidad de arrancar la planta. Desde que se frenó hace cuatro años la decisión de nuevamente reactivar la PIAP no se plasmó en ningún contrato”.
Se trata del lanzamiento la vinculación de la PIAP, que produce agua pesada, con el plan nuclear de la Argentina, que incluye la construcción desde cero de una nueva central para el país del tipo CANDU (funciona con agua pesada). Esta central le da perspectiva a la PIAP para su puesta en producción. Pero lxs trabajadorxs reclaman que, para avanzar en este sentido, es necesario concretarlo y romper el techo presupuestario que tiene el sector nuclear y que afecta directamente a la CNEA.
Por último, Méndez indicó que “cuando se fue Macri nosotros fuimos parte de las discusiones sobre qué hacer. Empezamos a recibir aumento salarial y el pago del salario sin cuotas. Notamos la mejoría más allá de los embates de la empresa contra ATE. Con nuestra lucha logramos que la empresa retroceda en su intención de cambiar el convenio para sacar de la PIAP al gremio de ATE. Pero no solamente evitamos esto, sino que ganamos -además- que desde mayo de este año todos los trabajadorxs de la planta, sea el nivel que sea, tenga convenio ATE – PIAP”.
Prensa FeTERA