ESPECIAL / R. Gómez Mederos, de Gensur
Las variables de un asesinato selectivo en un contexto de impunidad.
“no dejarse conmover por las sagradas ideas, los sagrados principios y, en general, las bellas almas de los verdugos”. Rodolfo Walsh- 1969.
R. Gómez Mederos 04/01/2020.*
Las variaciones del precio internacional del petróleo y su incidencia en los costos energéticos del mundo capitalista siempre han estado injeridas por la desgracia de la guerra y el tormento de lo interminable de esta.
El negocio de la impunidad del mundo político contemporáneo empieza a trascender las fronteras de las estrategias suaves. Los índices de la dominación imperial sobre los remotos indicios de honestidad de la democracia de consumo, están paulatinamente demacrando la cara limpia de un sistema que acude al odio como estrategia de control; el llamado Low Fare tiene conocidas y sobradas razones como para situarse en los relatos más suavemente salvajes de la democracia contemporánea. Es decir, el innecesario uso de la fuerza bruta recala en un combo de estrategias, que va desde los suaves toques de maquillaje con la intervención directa de jueces comprados por un estado que solo tributa a las clases dominantes y al estado global, low fare, diríamos. Pero ese sinnúmero de cobardías organizadas por un estado tributario intervenido por una melange que van desde ordenados y limpios jueces, policías sin rango, periodistas, servicios de inteligencia, sicarios; es decir, toda una logística perversa donde solo pierden las víctimas, sin ningún derecho a reclamo. Este escenario de espantos constituidos desde los centros mismos del poder global, que a decir verdad no es tan lineal como parece, y el cual, carece cada vez más de dominio sobre las tácticas necesarias para construir un consenso que no produzca, al menos, sobresaltos; se erige como un formato que, después del golpe duro, previo fracaso de un low fare pasional y racista sobre Evo Morales en Bolivia empieza a mostrar su cara más brutal.
El asesinato del general iraní Qassem Soleimani , muestra una cara , que si bien no es nueva, empieza a reconstituirse como el modo on de una guerra en puerta que ante la escalada armamentista de un presidente norteamericano dislocado y encerrado en su propio Impeachment , el cual amenaza con destituirlo, probablemente como forma de presión de las clases dominantes norteamericanas , para que el presidente Trump abra las compuertas de un nuevo rio de sangre en Oriente Medio, que pueda, al fin poner dominio norteamericano sobre el preciado y geoestratégico Estrecho de Ormuz. Es decir una santa guerra por el dominio de la ruta del petróleo de un territorio por demás conflictivo, que además produce el 20 % del petróleo mundial y constituye un espacio de aliados que circunvale a Irán como la piedra del zapato que hay que derrocar y domesticar sin ningún prurito.
Pero este esquema estratégico difundido por el pentágono norteamericano no deja de sorprender por el desconocimiento absoluto del poder de fuego iraní. Un choque en esa caldera prendida significaría, sin atisbos de inocencia, el principio de una guerra interminable que sin mucho esfuerzo podría terminar en una tercera guerra mundial. Serviría, además de provocar un interminable rio de sangre, para un escenario de de ensayo de nuevas, modernas y mortíferas armas de destrucción masiva, controladas desde algún remoto lugar de los EEUU.
Diestramente EEUU no está solo en esta aventura de muerte que empieza a tomar forma, con la lógica de intervención de sus aliados históricos que transigen en connotaciones geoestratégicas y que tiene su prueba en el acercamiento del Secretario de Estado Mike Pompeo a los líderes de Israel, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí casi al unísono de ataques selectivos en los territorios de Iraq y Siria como una violación flagrante de su soberanía.
Pero en este puzzle complejo que Norteamérica quiere para reafirmar sus alianzas en la región, Israel juega un papel central, con las limitaciones que tiene en la zona y donde los únicos países árabes con los que Israel tiene actualmente relaciones formales son Egipto y Jordania, Netanyahu, en su estrategia de nuevas aperturas diplomáticas, visitó el sultanato del Golfo de Omán el año pasado. Donde anuncio estas nuevas estrategias de acercamiento con nuevos países de la región.1
En este esquema bélico por el dominio de la región y después de anunciar el retiro de las tropas norteamericanas de Siria, la estrategia conjunta de los aliados principales en la zona EEUU-Israel , Netanyahu ha advertido repetidamente en los últimos años que Irán está tratando de establecer una presencia militar en Siria, donde está luchando junto a su representante libanés Hezbolá, y Rusia para restaurar el régimen del presidente sirio Bashar al-Assad2.
La guerra económica de los norteamericanos con Irán tampoco cierra si las incidencias militares de Israel sobre los intereses y los vínculos de Irán en Siria. Los últimos acontecimientos con la muerte de Qassem Soleimani en el centro de los hechos, hace pensar que su asesinato es más bien una acción conjunta de EEUU-Israel, frente a las ultimas noticias llegadas de esa remotas tierras de muerte, no es loco pensar que Israel intervino directamente en el asesinato de Soleimani.
El asesinato de Qassem Soleimani, el estratega político militar más importante del régimen iraní, está muy vinculado a la estrategia de esta nación de construir una suerte de “puente terrestre” que lo acerque al Líbano y al Mediterráneo a través de Irak y Siria, como ya lo habían mencionado los israelíes frente al abandono de las fuerzas norteamericanas en Siria, esta suerte de doble frente hacia el Mediterráneo por tierra y hacia el estrecho de Ormuz explica en gran medida la desesperación de Irán de acelerar el enriquecimiento de uranio. No estoy de acuerdo con que este asesinato sea de odio, a los sumo es un asesinato a un cuadro político militar que tenía muy claro este esquema de doble frente; bien claro está que es selectivo y que apunta a derrochar control y poder en Oriente Medio.
El Estrecho de Ormuz, con una anchura de entre 33 y 95 km, conecta el Golfo Pérsico con el Mar de Arabia y el Golfo de Omán. Irán y Omán, los países asentados en sus bordes comparten derechos territoriales sobre sus aguas y el espacio para la navegación, a pesar de su estrechez, permite la circulación diaria de al menos 14 mega-buques petroleros a través de sus aguas, y por el circula el 20 % de la producción mundial de petróleo, junto al también conflictivo Estrecho de Malaca paso clave para la conexión entre la zona norte del Índico y la región de Asia-Pacífico. Los estrechos ,juegan un papel geopolítico estratégico en el concierto del mundo contemporáneo, a tal punto que son motivo de guerras y flagrancias cada vez más cruentas, son la base del comercio y de la comunicación entre más del 80% de los países del mundo, el estrecho de Malaca , por ejemplo,une el Mar de China Meridional con el Mar de Burma en su ruta hacia el Golfo de Bengala, es el paso comercial más transitado del mundo, y, por ello, es un lugar estratégico, el que también, como el de Ormuz son escenarios de futuros conflictos y situaciones para medir la correlación de fuerza entre los países más poderosos del planeta. Los ciento cincuenta buques diarios que transitan Malaca convierten este estrecho en la principal vía de abastecimiento de petróleo de dos de los principales consumidores asiáticos: la República Popular China y Japón.
El poderoso desarrollado del arsenal militar de Irán en estos últimos años, está relacionado a la estrategia de sobrevivencia del país frente a la presión norteamericana y sus aliados en la región, y que están conexos directamente con la producción de petróleo y por ende con la variación de su precio a escala internacional.
Qasem Soleimani quien mantenía estrechos vínculos con grupos paramilitares y milicias chiitas, obtuvo su reputación de estratega militar y cuadro político durante los ocho años que duró la guerra entre Irán e Irak, en esa década comandó una de las divisiones más importantes del Ejército iraní. Su muerte, junto al militar iraquí Abu Mahdi al-Muhandis, líder de las Fuerzas de Movilización Popular, va a traer consecuencias que ya se están reflejando en el mercado del petróleo con una suba por arriba de los US$68 lo que significa un alza del 3 % desde setiembre pasado, para el barril de referencia el llamado Brent, para la versión West Texas, de referencia en Estados Unidos, elevó su previo sobre los US$63 por barril, los niveles más altos desde mayo pasado.
Pero no solo el crudo tuvo los efectos del asesinato de Qasem Soleimani, tambien el oro -reverenciado como uno de los activos más requeridos en tiempos de crisis, incremento su valor en más de 1%, por encima de los US$1.540 por onza, lo que además tendrá otras consecuencias en los lugares donde su extracción es resistida por las poblaciones.
Estas variaciones en los precios del crudo y el metal precioso por excelencia siempre se dan en momentos de crisis en que están involucrados los países productores por excelencia. Recordemos que en setiembre pasado el ataque con drones a las plantas de Aramco, la planta estatal en Abqaiq una de las principales afectadas por los ataques sobre instalaciones petroleras en Arabia Saudita, produjo una abrupta e inesérada subida del crudo.
¿Una infinita guerra?
Como si el mundo no estuviera convulsionado, el presidente norteamericano no deja de impulsar aun más conflictos, en una zona que si tiene una característica es que siempre está en conflicto.
El asesinato del general iraní no ha pasado desapercibido para el mundo político global, su muerte produce un quiebre aun más profundo entre Irán y EEUU y aumentará las tensiones profundas que ya existen desde los años 80 entre estas naciones. Por ahora la respuesta iraní al bombardeo aéreo por parte de EEUU era en principio “una venganza severa”. La línea roja cruzada por la administración Trump, en medio de su propio Imapachment interno, al asesinar una figura con estatus de culto entre sus hombres, tanto de la Guardia Revolucionaria Islámica como de los muchos grupos milicias que ayudó a crear en toda la región, por lo menos instituirá un efecto dominó de conflictos que nadie se anima a predecir cuándo terminará. La posibilidad de más ataques como los del martes de 6 de enero, donde Irán lazó 22 misiles balísticos contra dos bases norteamericanas en Irak, se extienden a los intereses estadounidenses en Irak, Irán, Siria y Líbano a través de milicias aliadas como Hezbolá, lo cual es una posibilidad abierta y en estado de espera que en cualquier momento ocurrirá indefectiblemente.
David Garner, editor de asuntos internacionales del diario The Financial Times dijo, «Irán y sus apoderados en la región han absorbido varios ataques aéreos contra sus combatientes y sus bienes: llevados a cabo por Israel en Siria, por Estados Unidos en Irak o Arabia Saudita en Yemen» en el mismo sentido Irán, por su parte, llevó a cabo el año pasado una serie de ataques contra barcos petroleros en el Golfo y el asalto con drones y misiles contra instalaciones petroleras de Arabia Saudita en septiembre, dejando el saldo de la mitad de la producción del reino saudí fuera de producción.
«Esto fue una demostración deliberada de las capacidades iraníes. Los sauditas no respondieron a ella y tampoco respondió la Casa Blanca de Trump, para el horror extendido de sus aliados regionales», dice Garner del The Financial Times.
Las acciones de Estados Unidos en el aeropuerto de Bagdad, el aeropuerto civil donde fue asesinado el comandante Soleimani, que el régimen iraní había convertido en una leyenda popular y el por su capacidad política y estratega reconocido, estaba preparado para, incluso cargos más altos en el país, es algo a lo que casi ciertamente responderá la república islámica con furia de armas de cañón múltiple.
Los iraníes consideran las acciones de los EEUU, no solo como una provocación, sino como una declaración misma de guerra y a las que están dispuestos a responder en el mismo sentido.
Pero este conflicto que lleva casi 40 años tiene connotaciones geopolíticas con asidero en, por lo menos, como uno de los puntos más importantes y sobresalientes, la cuestión del avance nuclear de Teherán, que de alguna manera se ha desarrollado como una forma de controlar la región y proteger los vastos territorios y yacimientos de hidrocarburos. Recordemos que Irán es miembro de la OPEP, maneja y hace oscilar de alguna manera, y a su conveniencia el precio internacional del petróleo; los países de la OPEP controlan el 30% de la producción mundial de crudo.
Es decir, la incidencia de los países de la OPEP pueden en un abrir y cerrar de ojos incidir en la conformación del escenario mundial energético, e inclusive intervenir de hecho en las variantes de la economía a escala global; los productos brutos de los países centrales, las estructuras de sus economías están directamente ligadas al precio del crudo; cualquier conflicto bélico en Oriente Medio va a repercutir, sin exagerar, en las economías de los países. Las características estratégicas de los hidrocarburos es central, pues, y a pesar de que son, por excelencia fuentes de energía muy contaminantes, entre el petróleo y el gas forman el 58% de las fuentes de energía mundial.
Es apreciable de manera lógica y natural que el poder de los hidrocarburos, en especial el petróleo, sigue siendo de importancia estratégica para el mundo.
Una guerra en estos momentos, en un contexto sensible en Medio Oriente seria agravar la situación de una región que está tratando de mantener una estabilidad tomada de un pequeño hilo que ya se corta y que históricamente estuvo al borde de un colapso total.
En medio de esta situación, el Parlamento de Irak ha aprobado el domingo 5 de enero una moción en la que exige al Gobierno que expulse a las tropas de Estados Unidos del país en represalia por el asesinato del general iraní Qasem Soleimani en el aeropuerto de Bagdad. El propio primer ministro interino, Adil Abdelmahdi, ha defendido esta opción como “la mejor para Irak”. La sesión en el, donde el bloque chií tiene mayoría, a pesar de que el sector suni y kurdo se ausentó de la sesión, la resolución para que las tropas extranjeras sean expulsadas de Irak fue aprobada; de todas maneras y a pesar de que la resolución no es vinculante, EEUU no puede permanecer a la fuerza en territorio iraquí si el parlamento e incluso el propio primer ministro no acuerdan la permanencia de las tropas norteamericanas en Irak.
El panorama en la región después del ataque iraquí a las bases norteamericanas parece construido ex profeso, como una suerte de novicio de guerra, entre el país más poderoso de la tierra e Irán, casi como un impulso de consenso secreto ante el mundo, en donde nadie pierde. Las clásicas vociferaciones de Trump, de calmar las aguas en una región que por mucho aparecerá convulsa y errante en el concierto mundial de naciones, parecen llamar y ser parte de un futuro acuerdo. Así como EEUU nunca olvido la crisis de la embajada hace 40 años( a tal punto que los 52 objetivos hacen referencia a los 52 rehenes de ese momento),¿podrá Irán olvidar la muerte de uno de sus más queridos hombres? El juego está abierto.
*Escribe sobre política energética y política internacional para varios medios. Dirige GENSUR, el Observatorio Geopolítico de la Energía y Soberanía de FeTERA. Argentina.
Notas:
1-https://israelnoticias.com/medio-oriente/pompeo-paises-arabes-siria/
2. Idem 1.