Por José Rigane, sec. Adjunto CTA Autónoma, sec. Gral. FeTERA y Luz y Fuerza de Mar del Plata
Macri despidió al barco regasificador. “Es un símbolo del despilfarro y la mentira”, dijo en el Puerto de Bahía Blanca.
Fue en un acto relámpago donde tan sólo estuvo menos de una hora en esa ciudad. Fue para sacarse la foto. Las contradicciones de su discurso con su política están cada vez más claras.
El barco regasificador estuvo 10 años en la Argentina. Más que “símbolo del despilfarro”, este barco es un símbolo del modelo energético dominado por las empresas petroleras y las grandes compañías multinacionales. Es un símbolo del modelo energético de privatización y extranjerización que desde la FeTERA y la CTA Autónoma venimos denunciando desde su gestación (con las privatizaciones de los 90s) y desde su desarrollo en estas décadas. A futuro vamos a seguir denunciando, porque lo que el presidente Macri olvida es que su modelo energético está basado en los mismos pilares de la privatización y extranjerización que comenzó en la década del 90 con la venta (el regalo) de empresas como YPF o Gas del Estado. Más allá de fotos o frases rimbombantes para la prensa, con Macri dominan el gas y petróleo del país las empresas privadas y extranjeras.
La Argentina importó a través de este barco regasificador alrededor de 40.000 millones de pesos en GNL, situación provocada por la histórica caída de la producción de gas que el país sufrió durante más de 10 años. La caída de la producción de gas fue provocada por las empresas privadas, que tienen intereses opuestos a los intereses nacionales.
La caída de la producción de gas en la Argentina fue producto de la desinversión y la fiesta que tuvieron las petroleras en las últimas décadas. No fueron controladas ni obligadas a invertir. Las petroleras hicieron lo que quisieron. Por tal motivo, se llevaron las divisas y los hidrocarburos (gas y petróleo) fuera del país. Lo vaciaron. Es por esto que cayó la producción. No hubo plan estratégico nacional para cuidar los niveles de reservas y de producción. La fiesta de las petroleras fue total y la pagamos todos los ciudadanos/as.
Durante más de 10 año el gas se exportó a Chile por 10 gasoductos conformando un negocio para las empresas multinacionales. Estos regasificadores fueron parte del negocio garantizado por los gobiernos de turno a las empresas multinacionales. Las mismas que ahora se vuelven a beneficiar una vez que el gobierno de Macri habilitó la exportación del gas a Chile. Negocios para privados entre privados.
YPF es la empresa más grande del país
Cabe recordar que cuando se expropió el 51% de las acciones de YPF (medida que Macri y el actual oficialismo votó en contra en el Congreso) durante el gobierno anterior dijimos que era una paso hacia adelante, pero que no era suficiente.
¿Por qué razón, más allá de que la empresa haya cambiado de CEO por motivos personales, la gestión de YPF en épocas macristas en la Casa Rosada no tuvo grandes cambios respecto a lo que gestión durante los años 2013, 2014 o 2015? ¿Por qué razón la YPF de Macri no cambió demasiado?
Creemos que el avance de la expropiación del 51% fue importante pero no suficiente y, por tal motivo, hoy YPF actúa como una empresa privada más en el país.
Hoy en Vaca Muerta hay una nueva fiesta para las petroleras. YPF, Tecpetrol (Techint, del empresario Paolo Rocca), PAE (familia Bulgheroni) o las extranjeras Total, Shell, Exxon, Chevron, entre otras, se van a llevar fuera del país las divisas y los hidrocarburos. El marco normativo, que por ejemplo posibilita concesiones por 30 o 40 años, les garantiza eso y mucho más.
Creemos que un barco no es símbolo del despilfarro, como señaló Mauricio Macri, porque el presidente olvida que el verdadero despilfarro en la energía del país es el modelo energético donde las empresas dominan y obligan a gobiernos como el suyo a tomar medidas para que aumenten sus ganancias y realicen el saqueo a los recursos de la Argentina.
Si Macri quiere combatir “el despilfarro” en la energía, que estatice el 100% de YPF y que cambie el modelo de privatización, que es el único y fundamental problema que tiene nuestro país en temas de energía.