El Observatorio Petróleo Sur prensentó el quinto número de la revista Fractura Expuesta. “Puntos de Fuga” busca sintentizar discusiones en torno a dos modelos contrapuestos para afrontar la crisis energética: por una parte las alternativas de los pueblos, por la otra el modelo neoliberal del gobierno macrista. Compartimos los principales elementos que surgieron en el debate, así como audios y fotos de la jornada.
La publicación del quinto número de la revista del OPSur tenía como propósito revisar los principales debates que se dan en el segundo año de administración macrista, el denominado “año de las energías renovables”. La apuesta por estas últimas busca enverdecer la política energética, ocultando detrás el modelo privatizador y extranjerizador que viene de la mano con el plan RenovAr. Como parte del mismo paquete de lavado de cara “verde” está el modelo de gestión de los conflictos sociales y ambientales producidos por el extractivismo energético, ahora gestionado desde las propias empresas u ONGs que responden a estas.
Ante esta propuesta oficial se contraponen los discursos populares sobre el sistema energético: diversificación de fuentes bajo un control estatal, con participación de la clase trabajadora, entendiendo a la energía como un derecho humano. En ese marco se dieron los debates entre las y los expositores y el público presente.
La primera intervención corrió por parte de José Seoane, integrante del Grupo de Estudios sobre América Latina y el Caribe (GEAL) y autor de uno de los artículos de la revista. “Una de las novedades que están presentes, es que hay toda una serie de dispositivos dirigidos a construir un tratamiento neoliberal de la cuestión ambiental. Y este tratamiento ha construido un nuevo paradigma a nivel internacional, que es el de la economía verde”, sostuvo en su intervención.
Seoane agregó que se ha querido instalar de que hay dos opciones: o la política negacionista de Trump, que niega el cambio climático o la economía verde. “Y esto es completamente falso. La economía verde es el dispositivo de tratamiento de la cuestión ambiental que promueven grandes sectores del capital europeo y norteamericano. Entonces hay que pensar las alternativas fuera de esta polaridad, y hay muchas, porque los pueblos han construido sus alternativas en la lucha contra el extractivismo”.
Escuchá la presentación de José Seoane
Luego fue el turno de Gabriel Martínez, secretario de Organización de la Federación de Trabajadores de la Energía de la República Argentina (FeTERA). Martínez hizo hincapié en el avance del modelo neoliberal sobre la cultura laboral argentina vinculada al desarrollo de oficios que ordenaban la vida de las y los trabajadores y le deban una expectativa de mejor calidad de vida. “En la década del noventa todo esto se rompe, a través de la entrega a privados de la administración de las empresas públicas y la concesión de los recursos naturales”, señaló.
“Nosotros sostenemos que los bienes comunes en manos privadas constituyen desde el punto de vista social, una política absurda. Fue inventada únicamente para que las empresas tengan tasas de ganancia adicionales. Pero el Estado puede administrar sus áreas petroleras, desarrollar sus empresas de servicios públicos, garantizar el servicio publico y lograr tarifas mucho mas bajas de las que tenemos hoy. Esto sería hacerse cargo y cumplir con el derecho social a la energía“, agregó Martínez.
Escuchá la intervención de Gabriel Martínez
Por último la investigadora Ariana Ortega del Observatorio Petrolero Sur explicó los motivos por los cuales confrontan ambos modelos. De una parte la Soberanía Energética, entendida como un derecho humano colectivo ejercido por los pueblos, con una amplia participación de los y las trabajadoras del sector debido a que estos cuentan tanto con el conocimiento técnico, como con la mirada política social y ambiental. Por otra parte caracterizó al capitalismo verde como “un modelo que habla de la naturaleza y que no incluye a los seres humanos e incluso aparece como opuesta al mundo social. Evidentemente si las propuestas de transición no contemplan la justicia social y ambiental al mismo tiempo, no estamos hablando de alternativas viables ni justas”, sostuvo.
En esa línea se refirió a la implementación de energías renovables en el país, señalando que estas fuentes no significan necesariamente que van a ser más justas, democráticas o sustentables. Esto debido a que el modelo renovable “está direccionado a favor del lucro empresario. Y claro, además el sistema energético está altamente concentrado, es muy inquitativo, poco democrático y contaminante. Si no nos preguntamos ¿Energía para qué y para quién? No vamos a poder hacer una transición justa. El debate sobre energía no es solo de fuentes. Porque como es evidente a esta altura, las soluciones mágicas no existen y este nuevo fanatismo por lo renovable no lleva automáticamente a donde queremos llegar”.