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Energéticas

Rigane en charla de OPSur: “Entre 1990 y 2016 se llevaron afuera US$ 240.000 millones en petróleo y gas”

Intervención completa de José Rigane (sec. Gral. de FeTERA y Luz y Fuerza de Mar del Plata y Adjunto de CTA – Autónoma) en la charla-debate organizada por el Observatorio Petrolero Sur (OPSur) sobre soberanía energética, realizado el 24 de noviembre en la Ciudad de Buenos Aires. El panel estuvo compuesto también por Gabriel Soto (Presidente de AUTE, compañía estatal de Uruguay) y Pablo Bertinat (Taller Ecologista). Rigane dijo: “las empresas energéticas son las que determinan hacia dónde vamos sin haber ganado nunca una elección popular”.

 

Intervención completa de José Rigane:

Buenas tarde. Primero, en nombre de mis compañeros/as, agradecer a OPSur esta invitación. Porque la energía, dentro de los que son los derechos humanos en Argentina es la cenicienta. Todos los demás derechos son bien claros; una casa, un trabajo, etc. están en la Constitución y no se discute que sea así, aunque en la práctica no se logren. Con los demás derechos todos nos sentimos convocados, como cuando defendemos la escuela pública, la salud pública y el hospital público, la niñez y la vejez, etc. Pero si se convoca a defender el patrimonio nacional, la energía, que es un indudable valor estratégico, no existe ese nivel de participación popular.

El derecho humano a la energía es la cenicienta porque esta en discusión, no esta aceptado por la sociedad. Por eso el poder, el sistema capitalista avanza en el escenario de la energía y dice que hay que pagar lo que ellos quieren, que es carírisma, por la energía. Con la energía vista como un bien social, que es lo que realmente es, tendría que tener un precio de servicio público y con accesibilidad para todos. El precio no puede ser la división entre los que pueden y no pueden pagarla, porque es un derecho humano.

Si existe participación, movilización y acción para defendernos del tarifazo porque no lo podemos pagar. El problema es que el tarifazo es una consecuencia del modelo energético. Y cuando acá se plantea que tenemos que hablar de soberanía energética, necesitamos entonces tratar de generar comprensión en un tema que normalmente aparece poco conocido porque hay una política y una cultura del enemigo que trata de mostrarnos permanentemente que del tema de la energía se ocupan otros.

Nosotros enfrentamos esa cultura del enemigo, que ha tenido la capacidad de que nosotros no nos hayamos podido ocupar de la energía. De la energía se encargan ellos y esto produjo que tengamos un modelo energético privado, pero lo peor de todo es que este modelo energético esta extranjerizado.

Ellos pueden matar, invadir países, generar guerras, pueden desestabilizar gobiernos en el mundo y hacer de todo, pero para qué nos vamos a ocupar nosotros si ellos se vienen ocupando. Ellos, además, dicen que el tema de la energía es para especialistas, es para “los que saben”.

En este camino, nosotros tenemos una asignatura pendiente importante. Nosotros venimos desde hace mucho tiempo con este tema, incluso desde antes de la privatización. Desde nuestro sindicato de base, Luz y Fuerza de Mar del Plata, venimos planteando la problemática de la energía desde el momento que perdimos, en la década del 70, el proyecto de la empresa federal integrada, perdimos el valor del kilovatio único a nivel nacional y perdimos la convención colectiva de trabajo única a nivel nacional. Tenemos una historia que comienza antes de la dictadura militar de 1976.

Allí comenzó el proceso de la privatización de la década del 90, modelo vigente hasta la actualidad. Ningún gobierno en esta democracia en estos 33 años ha querido, o no han sabido o no ha podido modificar el modelo de la privatización, con algo agravante de la extranjerización.

Este es principal problema que tenemos como pueblo en tanto y en cuanto queramos recuperar la soberanía popular. Si nosotros no somos capaces de recuperar la soberanía popular, difícilmente podamos salir de la crisis energética en la que estamos sometidos permanentemente y, además, de la que se puede verificar de distintas maneras sus consecuencias.

Por eso, para nosotros la energía es un bien social, es un derecho humano y es un problema de todos. La energía no es un commodity no es una mercancía. Todo esto es importante y, por lo menos nosotros, no nos cansamos de repetir e insistir sobre esta cuestión. Si no se entiende esto, entonces quiere decir que está bien que la discusión de la energía se traslade, se discuta en solo lo que hay que pagar.

En última instancia, esto es razonable para el sistema capitalista. Si hay algo que el sistema defiende a ultranza es el nivel de ganancia. Entonces, como voy a invertir si no tengo ganancias, como voy a invertir si la tarifa está congelada. Entonces, claro, viene la comparación en el valor del café, de los fideos, con cualquier cosa. Entonces, hay que actualizar los valores de las tarifas, porque no se puede invertir porque no se paga lo que corresponde, dicen. La verdad es que nos han venido mintiendo, nos mienten mal, nos confunden, tergiversan realidades y terminan generando las condiciones de las situaciones que nos toca vivir.

En estos momentos se esta discutiendo la tarifa integral (Revisión Tarifaria Integral), muy pocos lo saben. Quiénes son los que discuten: los funcionarios y las empresas. Hay comisiones conformadas donde están discutiendo la tarifa integral, algo que no se discutía hace muchos años en el país. Ahora van a hacer las audiencias públicas. El 14, 21 y 22 de diciembre van a hacerse las audiencias publicas no vinculantes.

Allí, y de ese modo, se va a resolver la tarifa integral por los próximos 5 años. Pero con una nueva estructura que va a establecer cuáles son las inversiones de la empresa y hasta va a establecer cuáles son los planteles de los trabajadores para las empresas de energía. Y mientras esta pasando todo esto, no hay participación popular. Cuando todo esto se sepa, ya va a ser una decisión tomada, porque encima las audiencias no son vinculantes. Solamente les quedara poner en escena cumplir con lo establecido con la Corte Suprema de Justicia de la Nación y el primero de febrero de 2017 va a comenzar concretamente el incremento para todas las tarifas.

Esta es la dificultad que tenemos, que es lo imprescindible que resulta que el movimiento obrero, el pueblo, se haga cargo de este tema, lo asimile como tal y lo ponga en el centro de la escena.

Entre 1990 y 2016 de la Argentina se llevaron 6.000 millones de barriles de petróleo y el equivalente también en gas. El precio del barril costó en estos últimos 26 años entre 4 y 120 dólares. Nosotros pusimos un promedio de 20 dólares cada barril, un valor promedio que es un muy bajo en realidad, y el calculo nos da que se llevaron 240.000 millones de dólares de este país.

¿Ustedes se dan cuenta de la cantidad de cosas que podíamos haber hecho con 240.000 millones de dólares en políticas sociales?

Entonces, para nosotros la energía es vital porque es la riqueza, a parte de tener un valor estratégico. Y, además, la energía es insustituible. No se puede vivir en el Siglo XXI si no tengo acceso al gas, a la electricidad y al agua.

Si se puede sustituir un paquete de fideos, voy a la góndola de un supermercado y puedo acceder a otras marcas más baratas o a un paquete de arroz, etc., pero con la energía no sucede lo mismo. Entonces, necesitamos acceder, porque si no accedemos a la energía no podemos tener vida digna. Es imposible lograr la pobreza cero si no puedo acceder a la energía y no puedo acceder si lo que define el acceso a la energía es justamente el precio, el valor.

Entonces, cuando Juan José Aranguren (el ministro de Energía y Minería de la Nación) dice que no sabe lo que vale el gas en boca de pozo es mentira. Sabe perfectamente bien. Lo que ocurre es que hay una decisión política de este gobierno, y de los anteriores, de establecer una renta extraordinaria de las empresas y con ese precio final que pagamos todos y subsidiamos a todas las empresas que son las que determinan hacia dónde vamos sin haber ganado nunca una elección popular.

Todo esto con el agravante que somos un país con flexibilización laboral, desocupación, pobreza, indigencia, etc. y se están llevando el petróleo como materia prima, sin valor agregado. Por ejemplo, en Santa Cruz no se hace una refinería para trabajar el petróleo pesado del tipo Escalante. Esta es la gravedad de la situación. Claro que no hay que quedarse en esto, porque es un problema más amplio, complejo y abarcativo.

Lo que necesitamos nosotros es recuperar el patrimonio nacional en manos del pueblo. No hay otra manera de resolver esto. En tanto y en cuanto no recuperemos soberanía popular no tenemos posibilidad. Y digo esto porque hay quienes piensan, seguramente en este ambiento, que hay que desarrollar la energía alternativa, la energía verde, otros quieren la nuclear pero ojo que la nuclear esto o aquello y la energía hidroeléctrica tampoco porque esto o aquello.

Cuando entramos en este debate, lo que hacemos es discutir los conceptos sectoriales que no responden ni ayudan a la posibilidad de ponernos de acuerdo en que primero tenemos que ser soberanos. Después podemos discutir lo que queramos, pero siendo primero soberanos porque es la única forma de decidir hacia dónde vamos.

Nosotros tenemos que terminar con la dependencia de los hidrocarburos. Dependemos casi un 90% del gas y del petróleo. Para esto hay que modificar la matriz energética y es un tema complejo y para largo tiempo. Pero es imprescindible y necesario. Pero el tema fundamental acá es que nosotros no decidimos. No somos nosotros los que establecemos el por qué, el para qué y el cómo queremos la energía.

Por supuesto que hay que cambiar el modelo productivo, que es extractivistas y que tiene de ícono a la megaminería y al fracking en Vaca Muerta.

El mensaje que nos dicen ahora es que toda la zona de Vaca Muerta se convierta en un colador por tantos pozos que le quieren hacer. Pero nadie o muy pocos hablan de lo que esto significa en términos de contaminación, en términos del uso del agua, de la cuestión territorial, etc.

Todo es en función de los objetivos del sistema capitalista. Entonces, decimos crisis del medio ambiente, decimos crisis energética, crisis política, crisis social, etc. pero el problema real es el sistema capitalista. El fondo de la cuestión es esta porque quien decide hacia dónde vamos y cómo es el propio sistema capitalista. Y si no cambiamos el sistema no vamos a avanzar nunca. Si no nos ponemos como objetivo cambiar el sistema capitalista, no tenemos perspectivas.

Si nosotros no nos definimos por defender la vida, porque yo creo que querer cambiar el sistema capitalista es querer la vida, y enfrentamos a la muerte, que es el sistema capitalista, no tenemos perspectivas. Lo demás es consecuencia del sistema capitalista, no causa.

Pero claro, para enfrentar semejante poder necesitamos un grado mucho más fuerte y superior de unidad que el que tenemos. No podemos seguir pensando que alguno de nosotros tiene la verdad absoluta en sus manos. Esto es fácil decirlo, pero es muy difícil construirlo. Necesitamos superar la fragmentación para buscar niveles de unidad para buscar los objetivos que necesitamos cumplir para pasar a una etapa distinta al que nos toca vivir.

Obviamente este modelo energético esta tan supeditado el sistema capitalista que claramente el eje es consumir, el eje es el consumo. Los que tienen dinero pueden consumir, no tienen problemas.

El video que vimos al principio de la charla habla del “uso eficiente y racional de la energía” como posible solución. Y me gustaría poder discutir si el uso eficiente y racional de la energía son los usuarios de los sectores populares que tienen que hacer ese esfuerzo. Porque es lo mismo cuando una empresa tiene una crisis y creemos que esa crisis se resuelve no entregar el mate cocido a media mañana a sus empleados. Nosotros no podemos resolver el uso eficiente y racional de la energía en este modelo energético en tanto y en cuento se siga exportando el petróleo que nos hace falta. Digo esto solo tomando un indicador que es la exportación de crudo y no varios otros indicadores para decir lo mismo.

Sería muy distinto si nosotros tuviéramos en nuestras manos ese patrimonio energético y si las empresas fueran de conducción estrictamente social y estatal que sea capaz de planificar, ejecutar. Esa conducción tiene que ser integrada por los trabajadores y por las organizaciones de usuarios y los que defienden el medio ambiente. La conducción de las empresas tienen que ser de contenido social, público, democrático y estatal. No estamos planteando volver al pasado, si no establecer un escalón superior.

Creemos que el problema no esta en cambiar la lámpara incandescente por la de bajo consumo. Eso es negocio del sistema capitalista, aunque sea real que se consume menos. Pero nosotros por ese camino no creemos que sea por el cual haya que ir, porque sucede lo mismo que nos sucedió con las tarifas, donde nos movilizamos, luchamos pero el tarifazo avanzo. Lo único que se estableció es que terminamos discutiendo la cuota del pago, pero el tarifazo avanzó.

 

Las empresas eléctricas pasaron de tener un valor agregado de distribución (VAD) de alrededor de 700 y 1000 millones de pesos por año a duplicarlo. El VAD es lo que les queda a las empresas después de haber pagado impuestos y de depositar al gobierno nacional y provincial lo que correspondía por la factura final. 

Ahora estamos en un proceso mucho más complejo, complicado, donde van a establecer la estructura tarifaria. Vamos a tener un problema con las tarifas mucho más de fondo.

 

¿Cuáles son las propuestas ante toda esta situación?

Para ser preciso, voy a leer nuestras propuestas para avanzar en la recuperación del patrimonio nacional y la soberanía energética:

– Los recursos deben volver al dominio del gobierno nacional. Esto no quiere decir que los tiene que manejar Macri, si no que intentamos decir que tienen que tienen que volver a ser patrimonio nacional.

– La política global del sector debe ser establecida a nivel federal, con intervención del Congreso Nacional y la participación de todas las provincias.

– Reintegrar todo el sistema de extracción y refinado de combustibles con el de generación, transporte, distribución eléctrica y de gas.

– Discutir el para qué de la energía y cómo se atiende la demanda del derecho social a la energía.

– Priorizar una auditoria general a todos los subsidios a las empresas del sector energético, al petróleo, al gas, a la electricidad, el agua y a otros sectores.

– Extender la red de gas natural de manera tal que pueda cubrir las necesidades de todos los hogares de nuestro país.

– Finalizar la entrega de subsidios a las petroleras.

– Socializar YPF y ponerla en manos de sus trabajadores, de los consumidores, de los que defienden el medio ambiente y la participación del Estado. Transformar a YPF en una empresa nacional, federal, sociedad del estado con participación popular.

– Cambiar los marcos regulatorios en electricidad y gas que se realizaron para privatizar.

– Discutir una estructura de precios que contemple los precios locales de producción.

– Realizar una evaluación de las reservas de hidrocarburos independiente de las empresas y las evaluadoras internacionales.

– Prohibir la exportación de petróleo y derivados y limitar la extracción a los volúmenes necesarios para atender exclusivamente a la demanda interna.

– Diversificar la matriz energética para terminar con la dependencia a los hidrocarburos.

– Eliminar los decretos desreguladores del ex presidente Carlos Menem que posibilitó todo el proceso de privatización y extranjerización.

Muchas gracias.

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Intervención de José Rigane en el evento realizado por OPSur sobre Soberanía Energética.

24 de noviembre de 2016, Ciudad de Buenos Aires.

 

Prensa FeTERA