DOCUMENTO PRESENTADO POR LA CTA AUTÓNOMA A LAS CENTRALES SINDICALES MUNDIALES EN LA CONFERENCIA ANUAL DE LA OIT
Hace apenas 5 meses y medio, el 10 de diciembre del 2015 asumió un nuevo gobierno en la Argentina. Desde entonces, el presidente Mauricio Macri no a dejado de tomar medidas a favor de los empresarios locales y extranjeros, en detrimento del poder adquisitivo de los trabajadores, y han llevado la actividad económica al estancamiento, lo que consecuentemente ha resultado en un gran estallido del número de los despidos.
Empezando en diciembre, uno de los primeros decretos presidenciales abolió las retenciones a las exportaciones agrícolas e industriales que representan una de las fuentes más importantes de ingreso de divisas. Las retenciones al maíz, trigo y carne hoy en día se encuentran en 0%, mientras que las retenciones a la soja bajaron de 35 a 30%. El efecto directo de esa medida fue un aumento de 120% del piso en los precios de referencia de la canasta familiar (harinas, aceites etc.) ya que la mayor parte de la producción agrícola actualmente se destina a la exportación. Pocos días después, el gobierno abolió también las retenciones e impuestos a la actividad minera, razón por la cual empresas extranjeras ahora pueden explotar las riquezas de la Argentina y dejar tierras destruidas sin ni siquiera dejar una parte de sus cuantiosas ganancias en el país.
Frente a esa política y el descomunal aumento de los alimentos básicos, sobre todo en las grandes cadenas de supermercados, la Central de Trabajadores de la Argentina Autónoma, junto con otras organizaciones ha organizado la campaña „Super Vacios“, llamando al boicot de consumo a los supermercados.
El tipo de cambio fue devaluado al inicio de la gestión, afectando los ingresos populares. El peso que antes cotizaba a 9,5 pesos por dólar, aumentó a 14 pesos por dólar y tuvo su pico en marzo con casi 16 pesos por dólar, lo que representa una devaluación entre el 40% y el 60% y tuvo una fuerte repercusión sobre los costos de los productos importados.
Esas primeras medidas fueron acompañadas por una política de despidos en el séctor público que generó 21.000 despidos en sólo dos meses y llevó a la primera movilización masiva de los trabajadores el 24 de febrero, liderada por la Asociación de los Trabajadores del Estado. En el mismo periodo se despidieron además 15.000 trabajadores en el séctor privado. El Estado respondió al creciente número de movilizaciones y manifestaciones en contra de su política neoliberal con un protocolo que permite la represión de las protestas sociales y limita el ejercicio de la libertad de prensa. Además hay fuertes intentos por avanzar sobre el derecho a huelga. El ministro de Trabajo Jorge Triaca, en sintonía con los empresarios, propuso el debate sobre paritarias en base a productividad y ausentismo en el Consejo de Salario, proponiendo que los días de lucha laboral en un futuro cercano sean descontados de los salarios de los trabajadores. Pero su accionar no se limitó sólo a eso, sino que además pretende establecer techos salariales a las discusiones de paritarias. La discusión en el Consejo del Salario Minimo tuvo la crítica de nuestra CTA Autónoma ante los límites de las propuestas gubernamentales aceptadas por la patronal y una parte del sindicalismo, mientras que la CTA Autónoma repudia y enfrenta dichas propuestas con todas nuestras fuerzas ya que estamos convencidos que ni el salario digno ni el derecho a huelga se negocian.
A pesar del malestar social, el gobierno de Mauricio Macri sigue con su linea, fiel a las demandas de los empresarios.
Desde lo que va del año ya hubo 3 aumentos del combustible por 31%. Además aumentaron la luz y el gas en un 500%, el agua en un 350%, el transporte en un 120%. El malestar social es creciente. Esos aumentos bruscos y descomunales tuvieron como consecuencia un freno de la obra pública y de las construcciones en general, razón por la cual el séctor de construcción es uno de los más afectados en cuanto a despidos. También dificultó la situación de muchas pequeñas y medianas empresas y cooperativas que se encuentran al borde de la quiebra, teniendo en cuenta que las medidas tomadas por parte del gobierno en cuanto a la apertura del mercado resultaron en una baja masiva de la venta de los productos nacionales. Por colmo, está poniendo en peligro el funcionamiento de las universidades públicas que con un mínimo aumento de su presupuesto se ven imposibilitados de garantizar su funcionamiento este año, razón por la cual el 12 de Mayo más de 70.000 estudiantes, docentes y profesores marcharon en defensa de las universidades públicas.
A todo ello se suman acaloradas negociaciones paritarias que en algunas provincias del país han llevado a acampes de los trabajadores que ya duran más de 80 días y que sufrieron represiones e incluso detenciones de dirigentes sindicales. Mientras tanto siguen los despidos en el séctor público y privado, que ya son alrededor de 150.000. Al mismo tiempo continuan las movilizaciones por parte de los sindicatos y centrales de trabajadores con un pico de 350.000 trabajadores en las calles de la capital Buenos Aires el 29 de abril y medio millón en todo el país.
El último avance dramático en contra del pueblo trabajador por parte del presidente fue su veto a la ley anti-despidos el 20 de Mayo, que fue votado por una amplia mayoría en el parlamento. Es por ello que actualmente las Centrales sindicales analizan la concreción de un paro nacional en rechazo a los despidos, la política gubernamental y la impunidad empresaria.
No hace falta explicar que las políticas neoliberales y antipopulares del gobierno de Mauricio Macri han generado una fuerte caída del nivel real del salario y un más que preocupante aumento de la pobreza en la Argentina. La Universidad Católica ubica la misma en su último informe del mes de mayo cerca del 40%.
La situación se agrava con los planes para suscribir el tratado de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea, la liberalización del mercado para productos proveniente del exterior y el acercamiento a la Alianza del Pácifico, lo que significa un debilitamiento aún más fuerte de los derechos laborales, de las industrias nacionales, del empleo y de la protección del consumidor y la naturaleza. Para frenar ese intento, la CTA Autónoma participa en la construcción de la campaña popular: «Argentina mejor sin TLC“.
Hace 25 años nacimos como CTA para modificar sustancialmente el modelo sindical y construir una Central de trabajadoras y trabajadores, que vaya más allá de una central sindical y sea una herramienta al servicio de la organización del pueblo, garantizando la libertad y democracia sindical aún pendiente. La hora convoca a la unidad más amplia de trabajadoras y trabajadores, a su organización y lucha en unidad de clase. Nuestra América está agredida por la ofensiva de las clases dominantes y es nuestra tarea levantar las banderas históricas de las y los trabajadores y construir la ofensiva popular para la emancipación. Por ello, convocamos a la más amplia unidad de acción con el objetivo de construir una subjetividad popular crítica en la Argentina para poder desde allí resistir los embates y disputar el poder; por una sociedad justa, equitativa y democrática en lo económico y lo político.
Pablo Micheli | Secretario General de la CTA A
José Rigane | Secretario Adjunto de la CTA A
Buenos Aires, 25 de Mayo de 2016