La energía es un bien social, un derecho humano, es de todos. No es una mercancía.
FeTERA–CTA es una organización que ya tiene 17 años de historia y donde hoy estamos realizando el XII Congreso Nacional Ordinario y el XIII Congreso Nacional Extraordinario. Nacimos como colectivo de trabajadores que se enfrentó al capital transnacional que se enriqueció gracias al modelo energético dominante.
Aún con los matices necesarios, ya sea en el proceso de privatización de los años 90 como en la gestión actual, la ecuación no parece cambiar; los grandes grupos concentrados obtienen siderales ganancias con un elemento tan vital para la vida y el bienestar del pueblo como es la energía. Por eso, seguimos reiterando que la energía es un bien social, un derecho humano y no una mercancía.
Estamos en un proceso donde algunos consensos neoliberales y privatistas comienzan a tener cuestionamientos y aparecen nuevas experiencias de resistencia del pueblo. Es a partir de esto que debemos pensar la actualidad de YPF y la estatización del 51% de las acciones de Repsol, donde decimos que es positivo y fue un paso adelante. Pero creemos que no es la solución para la soberanía energética y nacional. Hace falta que YPF sea 100% estatal, pública y que se socialice. Creemos que una empresa (y todo el modelo energético) estratégica como YPF debe tener participación de los organizaciones de usuarios, de los trabajadores y del Estado. Creemos que este tipo de participación es fundamental; sin esto, es imposible tener un modelo energético que aporte a la soberanía nacional.
Por otro lado, continúa creciendo el desafío de los trabajadores en este nuevo escenario del país, con la necesidad de seguir impulsando los modos de cogestión y control con participación directa de los trabajadores y sus gremios. Instituciones gremiales democráticas en su interior y que peleen por una verdadera libertad sindical, por paritarias libres y por la autonomía de los trabajadores para elegir a sus representantes. También, los derechos laborales, las condiciones de trabajo, la jubilación y los salarios son parte de la agenda histórica de nuestros reclamos.
Creemos que debemos ir hacia una integración regional que respete a los pueblos y sus necesidades, porque una integración de los países del continente en la que sólo vale el precio y la ganancia no parece positivo. En este sentido, debemos preguntarnos qué pasa en el continente con el tema energético y cómo construimos una perspectiva desde los pueblos en este tema. Además, creemos necesario establecer un mínimo de organización sindical a nivel regional a los efectos de dar respuesta organizada a los trabajadores de la energía.
La energía es un problema de todos y los trabajadores de la energía tenemos el conocimiento y la experiencia necesaria para ser parte de los procesos de gestión y control para el desarrollo de una política energética que aporte a la soberanía nacional que necesitamos como país y como región.
18 de mayo de 2012, Mar del Plata