En el Enredando las Mañanas del viernes 15 de julio, emitido desde Estación Sur, San Fernando del Valle de Catamarca se entrevistó a Gabriel Martínez, Secretario de Organización de la Federación de Trabajadores de la Energía (CTA). Se le consultó a Gabriel Martínez, en cuanto al “sinceramiento” del que habla el gobierno nacional en relación al aumento de precios, quien comentó al Enredando que «cuando se hace visible este problema de los costos de la energía, surgieron varias afirmaciones que la mayoría de ellas no responden a la realidad sino a una necesidad. La necesidad que tienen las empresas de capturar la mayor tasa de ganancia posible».
Al respecto, agregó que «los servicios públicos hace ya muchos años fueron privatizados. Son públicos pero no sociales. La necesidad de la gente de contar con electricidad, con agua, con gas, pasa primero por la necesidad de las empresas de tener una determinada tasa de ganancia. Empresas que a su vez están extranjerizadas en su mayoría (…) Esto se vuelve importante porque parte de la renta económica que producen las empresas se va fuera del país. No sirve para la economía interna de la Argentina».
Martínez denuncia que hay un interés de ganar dinero más allá de servicio público. Pero, señala, «también hay otro elemento: para que el negocio de la privatización fuera más interesante para los inversores, todas las industrias de los servicios públicos se partieron en pedacitos, que se llamaron el los ’90 unidades de negocios (…) cada uno con su interés,subordinado a los intereses de sus accionistas». Esta puja de intereses por ganar dinero,explica, es lo que ha llevado a lo que se denomina “falta de inversión”. ¿Por qué faltan inversiones? La respuesta no se hace esperar,»porque el dinero se fue del país y porque la estructura y la mentalidad de los administradores de los servicios públicos está más asociada con el saqueo que con la comprensión de la necesidad de la gente».
La energía: ¿negocio o derecho?
Martínez define qué implica para el sector la energía, cuestión central a la hora de la definición de políticas en torno a la misma, y detalla: «como trabajadores de la energía, defienden la energía como bien social, como derecho humano, y como un problema de la población». Por eso intentan que haya debates públicos sobre los servicios públicos, tarifas y sobre la propiedad de los servicios públicos, donde «se analice por qué el pueblo no puede administrar sus servicios públicos y sí lo pueden hacer empresas privadas que no sólo no invierten, sino que vuelven caro el servicio, ineficiente, injusto porque no todo el mundo puede disfrutarlo».
El «tarifazo»
En relación a los «tarifazos», el integrante de la Federación explicó que lo que hizo el gobierno nuevo fue liberarse de la responsabilidad del subsidio y cargarle la responsabilidad al usuario. Junto a eso, relata, «aparece un discurso que es más duro que el de las privatizaciones que es ‘el que no pueda pagar que no consuma’, a eso lo dijo el Ministro de Energía». Sin embargo, desde un punto de vista social, no son lujos, son necesidades asociadas al tipo de vida que tenemos.
El tema de la privatización de la soberanía y la energía y de todas las instancias de su producción y distribución, para Martínez, «se vuelven actores de primer nivel de las discusiones políticas que tenemos que dar de aquí en más».
Respuestas y discursos ante el aumento de tarifas
A partir del brutal aumento de tarifas, se generó un fuerte movimiento en reclamo, expresado por medio de diversas estrategias. Consultado en torno a la continuidad del conflicto, Martínez opina que «todas las actividades públicas que surjan en defensa al derecho de la energía, baja de tarifas, etc., se pueden llevar adelante. Al mismo tiempo, las organizaciones de usuarios y consumidores trabajan en los recursos de amparo, las estrategias judiciales para declarar nulo el aumento, etc. La Corte Suprema va a dar resolución en agosto al primer recurso de amparo que frenó el aumento del gas a nivel nacional. El estado nacional, a través del presidente, su ministro de energía y otros ministros intentan explicarnos que nosotros somos derrochones, que andamos en manga corta en invierno, que nos sacamos los zapatos, y que tendríamos que estar más abrigados y consumiendo menos».
Sin embargo refuta claramente este discurso oficial expicando que «el tema no es consumir más o menos, porque la educación sobre el consumo es válida para el ahorro de energía, pero lo que nos están pidiendo es que ahorremos energía que está privatizada y generemos saldos exportables de energía porque eso es lo que hacen los empresarios en cuanto le sobra un poquito de petróleo o electricidad, tomando dolares que jamás vuelven al país. Para hablar de ahorro de energía y conciencia ecológica tenemos que hablar de soberanía energética y de recuperación de las empresas y de los recursos naturales».