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Energéticas

“En el sistema capitalista lo que está verde es la salida” – Entrevista a José Rigane

Por Ezequiel Arauz. José Rigane es el titular de la Federación de Trabajadores de la Energía (FeTERA). Entrevistado por Marcha, el dirigente hizo referencia a la situación político-energética en el país y en Latinoamérica y a la reciente expropiación de YPF, haciendo foco en los debates actuales de cara a la Cumbre de los Pueblos.

La FeTERA, que el pasado fin de semana realizó su congreso nacional en Mar del Plata, nació en el marco de la CTA hace 17años y es un intento de unir bajo la misma orgánica a todos los trabajadores del sector energético (electricidad, gas, petróleo, carbón, energía atómica, agua corriente, química y petroquímica), rompiendo con la organización por rama de industria y entendiendo a la energía como un bien social y un patrimonio del pueblo.

-El congreso realizado en sede de Luz y Fuerza Mar del Plata coincidió con la decisión del Gobierno de expropiar el 51% de YPF ¿Qué postura tomaron frente a eso? 

-Nosotros discutimos hace más de quince años la recuperación del patrimonio nacional. En ese marco, lo de YPF obviamente lo vemos como un paso positivo aunque insuficiente. Acá no fue solo Repsol sino que todos los grupos multinacionales, a partir de las privatizaciones y la extranjerización del modelo productivo, y en particular del modelo energético, nos llevaron paulatinamente a una crisis que el Gobierno empieza a reconocer. Estamos por la recuperación de la soberanía energética nacional, por la expropiación de todos los grupos multinacionales: Chevron, Petrobras, Total, British y Panamerican, lo que conforma el 70% del petróleo. Lo que todavía falta entender son dos cosas: que la energía es un problema de todos, no de los que entienden, no de los ingenieros, y, por otra parte, que ahí está la riqueza, mientras no manejas esos recursos no manejas miles de millones que se fueron afuera y que podrían haber servido para aplicar en políticas y solucionar problemas sociales.

-Desde sus inicios fueron una voz en favor del control estatal de las empresas de energía: ¿fueron convocados de alguna manera por el Gobierno nacional para instancias de diálogo o consultas?

-No, no fuimos ni convocados ni consultados. Como representantes del MORENO (Movimiento por la Recuperación de la Energía Nacional Orientadora), hemos estado con (el ministro de Planificación Federal, Julio) De Vido, y le planteamos que a nuestro entender no debía optarse por conformar una Sociedad Anónima sino una Sociedad de Estado, lamentablemente eligieron al revés y crearon ENARSA (Energía Argentina Sociedad Anónima), que terminó siendo una oficina de negocios.

 -Ustedes plantean la participación de organizaciones sociales y sindicales en la gestión. ¿De qué manera podría darse esto?

-Nuestro objetivo no es volver al pasado, pero sí recuperar el protagonismo estatal, nacionalizar el Estado y no continuar con este el Estado bobo, que ha sido socio menor de los grupos multinacionales y sus políticas. La gestión de las empresas, 100% publicas, estatales y de carácter federal, no puede funcionar bajo sociedades mixtas o anónimas, eso es más de lo mismo. Necesitamos una Sociedad de Estado y la conducción debe estar socializada, debe sumar a una participación del Estado nacional, la representación de las organizaciones que defienden los intereses de los usuarios, de las organizaciones que defienden el medioambiente y del conjunto de los trabajadores. Ese esquema de conducción va a tender a evitar los errores que se cometieron en el pasado, antes de iniciar el proceso privatizador.

-Teniendo en cuenta la existencia de gobiernos que se presentan como enfrentados o distintos del neoliberalismo. ¿Cuál es la situación en Latinoamérica en términos de política energética?    

-Latinoamérica tiene ante sí un momento propicio para avanzar en políticas de integración efectiva, no en función de los intereses de las empresas o de los gobiernos, sino de los intereses de los pueblos. Nosotros como país tenemos una asignatura pendiente: en tanto y en cuanto no cambiemos el modelo energético por uno en el que la energía sea un bien social y no una mercancía o un commoditie, hasta tanto no establezcamos que la energía es un derecho humano, que nadie puede vivir con dignidad si no tiene acceso al agua, al gas y a la electricidad, que la energía es un valor estratégico fundamental para el desarrollo, estaremos lejos de esos procesos que se dan con algunos gobiernos de Nuestra América, aún con las diferencias que podemos tener con algunas de sus políticas. Hasta hoy, Argentina en cada encuentro representa a los intereses de los grupos multinacionales, porque nosotros no tenemos ninguna empresa 100% nacional, que represente los intereses nacionales.

-Entre los temas del congreso estuvo la Constituyente Social. ¿Cómo marcha esa iniciativa?

-Aparece en una etapa donde los Argentinos y las organizaciones populares necesitamos dejar atrás el proceso de la resistencia y transformarlo en un momento de ofensiva, estableciendo lazos de unidad que se dieron a la hora de enfrentar las políticas y expresar que es lo que no queremos, pero no aparecen tan claras a la hora de marcar qué es lo que queremos. Creo que es la propuesta más importante que ha existido en los últimos tiempos, surgida de la mano de la CTA: es la unidad de los diferentes. Necesitamos crecer políticamente, para elevar los niveles de convivencia e ir por un proceso de liberación nacional, y eso, obviamente, requiere esfuerzo, militancia, que este en consonancia lo que se dice con lo que se hace y tratar de que estas cosas no estén manchadas, dicho esto entre comillas, por lo político electoral, que muchas veces hace que no tengamos tanta unidad.

-Del 15 al 22 de junio tendrá lugar en Brasil “Rio+20”, donde los presidentes de los países del mundo discutirán las problemáticas ambientales a nivel global cuando se suceda la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible y, en paralelo, sesionará la Cumbre de los Pueblos por una Justicia Ambiental y Social. ¿Qué lineamientos se estarán debatiendo allí?

-Actualmente, en todos los debates de este tipo de cumbres se habla de la crisis económica, de la crisis financiera, de la crisis climática o ecológica, de la crisis energética, y no se dice que en realidad lo que está en crisis es el sistema capitalista. Está bien diferenciar cada aspecto sobre la base del estudio, pero hay que tener claro que lo que está en crisis es el sistema integralmente. En ese marco, el sistema lanza iniciativas que le permitan seguir descargando la misma sobre la espalda del conjunto de los sectores populares y los trabajadores. En la cumbre de Río + 20 hay una serie de propuestas en torno a definiciones tales como desarrollo sustentable, trabajo decente, economía verde, palabras que se repiten y se adecuan a todo, a cualquier cosa. Su función es ocultar. En esos documentos no se habla de lo que ocurre realmente: de las guerras, de la apropiación, de la desestabilización de los gobiernos para quedarse con los recursos energéticos, de los grupos multinacionales que se apropian de los recursos naturales de los países emergentes o no emergentes.

-¿Que concepción se impulsa por detrás de esas definiciones?

-La creencia de que hay un sistema capitalista humano. Es lo mismo que cuando se hablaba de diálogo social, y ahí están las consecuencias para el movimiento obrero europeo y de los Estados Unidos, esa creencia los condujo a la pérdida de sus derechos, de sus reivindicaciones y sepultó a las organizaciones que fueron perdiendo el sentido y el contenido de clase. Las consecuencias los sorprenden ahora, tratando de articularse de algún modo en plena crisis del sistema frente a la perdida de los derechos que consiguieron en la pelea. Nosotros decimos que en el sistema capitalista lo que está verde es la salida.